Cuidados esenciales para plantas y uso eficiente del agua
En nuestra región, donde las temperaturas diarias durante la temporada más calurosa (abril a agosto) superan los 33 °C y pueden alcanzar hasta 47.8 °C a la sombra durante olas de calor, mantener un jardín saludable representa un gran reto. A esto se suma una radiación solar intensa, con índices UV extremos (hasta 11–12), que deterioran rápidamente la vegetación si no se toman medidas adecuadas.
Las plantas estresadas por calor suelen mostrar síntomas como bordes secos en las hojas, quemaduras solares, menor crecimiento debido a la inhibición de la fotosíntesis y una mayor susceptibilidad a plagas y enfermedades.
1. Fertilización orgánica
Utilizar humus y lixiviado de lombriz es una forma natural y efectiva de enriquecer el suelo. Estos aportan nutrientes gradualmente, mejoran la retención de humedad y estructura del suelo y estimulan la vida microbiana. La adición de microorganismos benéficos tiene un impacto aún más favorable, ya que son ellos quienes descomponen la materia orgánica y liberan los nutrientes que las plantas realmente pueden absorber.
“Un suelo sano, lleno de vida, es la base de un jardín resistente”
2. Uso eficiente del agua
Reutiliza agua del hogar (con productos de limpieza biodegradables) y capta agua de lluvia.
3. Diseño estratégico del jardín
4. Elección de especies adecuadas
Opta por plantas nativas o adaptadas a climas secos.
Estas especies no solo resisten la sequía, sino que también atraen polinizadores y favorecen la biodiversidad local.
Más allá de la estética, cuidar un jardín en climas calurosos fomenta:
No olvides que un jardín bien planeado, no solo sobrevive al calor, sino que mejora el entorno. Apostar por prácticas sostenibles, como la fertilización orgánica y el uso eficiente del agua, junto con el respeto por las especies nativas, permite crear espacios resilientes, funcionales y llenos de belleza natural.