¿Alguna vez imaginaste que el error que con mayor frecuencia se presenta es el riego excesivo?
Si algo debemos puntualizar es que sea demasiada o muy poca agua, el riego puede ser complicado sobre todo si desconocemos cómo hacerlo.
Hoy queremos compartir algunos consejos sobre cómo regar un árbol.
Es común pensar que regar un árbol por la tarde es una práctica buena e incluso relajante, sin embargo cuando las tardes son típicamente calurosas, llevar a cabo el riego puede ocasionar que se pierda hasta la mitad del agua por el efecto de evaporación. El mejor momento para realizar el riego es por la mañana o por la noche, hacerlo de esta manera permitirá a las raíces absorber la mayor parte del agua que utilicemos.
Sin embargo, sugerir un horario mágico para regar árboles es algo poco práctico. La frecuencia con que debe regar dependerá del tamaño de tu árbol, las condiciones de la tierra y las condiciones climáticas. Los árboles recién plantados requieren mucha más agua que los ya establecidos.
Una sugerencia que comúnmente se hace es la de utilizar 40 litros de agua por cada 2.5 cms. del diámetro del árbol. Usa una regla o cinta métrica y tomar la medida a una altura de 50 cms. de donde inicia el tronco principal y conoce así el diámetro del árbol.
La mejor manera de determinar cuándo un árbol necesita agua es revisar la tierra. Lo que se busca es que la tierra esté húmeda, nunca empapada. Una recomendación es revisar la tierra con una pala de jardín o usando una pala de madera como las que suelen usarse en la cocina. El procedimiento es sencillo, inserta la pala a una profundidad de al menos 5 cms. Si el suelo está seco al tacto, el árbol necesita agua.
Quizás el elemento más importante del riego cuando se trata de árboles es el «cómo». La sugerencia es de que el proceso de riego se haga de manera Lenta y Profunda.
Este es el motivo por el cual los sistemas de riego por goteo son el método preferido de riego, aunque cabe mencionar que el uso de una manguera ciertamente también funcionará.
Otra de las ventajas del riego por goteo es el que se pierde menos agua por evaporación en comparación con los sistemas de riego por aspersión.
El riego profundo permite que la zona crítica de la raíz absorba la humedad adecuada.
Permitir que el suelo se seque por completo, o dejar que se empape, dará como resultado un árbol estresado y, por lo tanto, más propenso a enfermedades e infestaciones de plagas. Ten en cuenta que Mantener el suelo constantemente húmedo es esencial para la salud de los árboles.
En las regiones donde la sequía es típica, elije especies tolerantes a la sequía al plantar árboles nuevos. Los árboles tolerantes a la sequía están adaptados a climas secos, crecerán mejor, y ayudarán a conservar el agua.
Los árboles jóvenes están en la fase de establecer sus sistemas de raíces y, por lo tanto, necesitan más agua. Riega los árboles recién plantados una vez al día durante las primeras dos semanas después de plantar, y una vez a la semana después de eso durante la temporada de crecimiento.
Recuerda revisar la humedad de la tierra para asegurarte de que tu proceso de riego nunca sea en demasía.
El acolchado o mantillo es una forma muy efectiva de evitar que la tierra se seque rápidamente, especialmente durante el calor excesivo. La aplicación de acolchado con un espesor de entre 5 a 10 centímetros ayudará a conservar la humedad y regular la temperatura del suelo.
Nunca olvides regar tu árbol en invierno ya que aunque el invierno puede ser considerado como un periodo seco, donde aparentemente los árboles están inactivos, nunca será esto una realidad ya que siguen sus procesos de crecimiento. Riega cuando las temperaturas del aire y del suelo estén por encima de los 4.5ºC. ¡Tus árboles te lo agradecerán más tarde!
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