La restauración ecológica consiste en la recuperación de ecosistemas —un ecosistema está formado por todos los organismos y el entorno físico con el que interactúan—
Parece a simple vista, una tarea sencilla, sin embargo, está lejos de serlo. Pongamos un ejemplo que seguramente, ya lo hemos imaginado: Es casual que durante un viaje hayamos visto algunos espacios de terreno talados o en ocasiones quemados, ante esta situación, lo primero que nos viene a la mente como una posible solución es el querer que vuelva a haber la vegetación existía en ese espacio, y que vuelva a ser como lo era antes.
Si bien es cierto que es posible plantar unos cuantos árboles o plantas, esta tarea, es insuficiente. Un espacio verde es mucho más que un simple espacio de cultivo, es un sistema complejo en el que se dan una multitud de interacciones entre sus elementos, empezando por uno muy importante: el suelo. Sí, el suelo, el cual es mucho más que el espacio físico que sirve de soporte a la vegetación, allí se encuentran los nutrientes que transportados por el agua, permiten el desarrollo que toda vegetación necesita para vivir, además en todo tipo de suelo, habitan microrganismos y fauna que interacciona entre sí. Las actividades de restauración deben contemplar el estado de degradación del suelo y todas y cada una de ellas, deben estar orientadas al propósito de recuperarlo.
¿Qué queremos restaurar? tenemos un vasto campo de acción: bosques, arrecifes, praderas de montaña, humedales, etc., pero… es necesario que focalicemos nuestro esfuerzo. Una forma conveniente es el que empecemos por nuestros espacios domésticos, nuestros espacios laborales, nuestros espacios sociales. Esos espacios cercanos que pueden empezar por macetas hasta áreas de vegetación de mayor superficie.
Otro de los aspectos en que tenemos que poner especial atención es el modificar nuestros PROCESOS, éstos son, a fin de cuentas, los que nos van a ofrecer la garantía de continuidad. Por ejemplo, si favorecemos el proceso de reciclado de nutrientes del suelo, vamos a mejorar su fertilidad, manteniendo esquemas de abonado continuo y así favorecer el que las semillas germinen, crezcan, florezcan y produzcan con niveles de calidad mayor.
Nunca olvidemos que la naturaleza es sabia y premia casi de manera inmediata nuestro esfuerzo, además de que nunca dejará de retribuirnos lo que en ella depositemos.
A la hora de iniciar la restauración un ecosistema hemos de tener en cuenta diversos componentes que en él intervienen, los cuales podemos agrupar de la siguiente manera:
La historia del lugar:
¿qué elementos había?, ¿qué queremos conservar o recuperar?, ¿qué ha sucedido o está sucediendo?El espacio o territorio:
Tomemos en cuenta las características del lugar, el clima, el suelo, la vegetación y fauna propicia para dicho lugar.El elemento social:
Si la restauración busca proveer a una población humana en específico y ofrecer un servicio ecosistémico, pudiendo ser: espacios de descanso u ocio, mejora de la calidad de aire, mitigación de los efectos del cambio climático, frenar la erosión, aumentar la producción alimenticia, etc...La dinámica del lugar:
Recordemos que los ecosistemas nunca son o serán estáticos, así que debemos ser capaces de prever cómo van a evolucionar en el futuro.
Después de evaluar los componentes o elementos anteriores, tengamos siempre en nuestra mente el que nunca existe una receta única. La restauración de ecosistemas es algo complejo, donde cada caso debe ser analizado y merecerá una atención especial y dedicada.
La restauración de ecosistemas es una actividad apasionante, ya que busca recuperar ese equilibrio entre el hombre y su ambiente, remediando las malas prácticas que se cometieron o que cometimos en nuestro paso por el planeta y sus espacios.
La restauración ecológica repercute en nuestro bienestar integral, es una herramienta fundamental para lograr la conservación de la biodiversidad, la mitigación y adaptación al cambio climático, el desarrollo socioeconómico sostenible y la mejora del bienestar y la salud humana. Esta es la restauración a la que le invitamos, y que aún y cuando se practique de forma local, tiene un impacto a nivel global, pues se obtienen beneficios locales, regionales, nacionales y mundiales para la naturaleza y para las personas.
En progea estamos a favor de la restauración ecológica y si nos lo permite, le iremos informando sobre las estrategias que nos permitan disfrutar de nuestros espacios vegetales, de nuestra casa común.
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