esta en camino de convertirse en una industria sostenible para el planeta.
Si bien es cierto que queda mucho camino por recorrer, empieza poco a poco en nuestras comunidades sociales a generarse el interés y la preocupación por la huella que se deja en el medioambiente al consumir productos. Este despertar de conciencias ha llegado también a las prendas de vestir.
La industria de la moda ha incorporado en los últimos años conceptos como el biodiseño y tiene en cuenta la importancia del uso de cueros veganos y algodones orgánicos.
Adele Orcajada, investigadora del Basque BioDesign Center, explica que esta trata de tener en cuenta el impacto medioambiental de la industria de la moda, que después de la industria productora de plásticos, es la segunda más contaminante del mundo, y de su consumo. Menciona que el propósito además de cambiar la forma de producción, busca también la gestión de los residuos, para llegar hasta una moda regenerativa.
Apuntar hacia un cambio en el pensamiento de los consumidores “es la esencia de todo”, afirma Rogelio Corona Núñez, argumentando que la industria textil se escuda en las grandes tendencias de la moda y la publicidad para mantener sus prácticas de producción, y que por ello se debe concientizar sobre sus consecuencias a los potenciales clientes.
En la actualidad existen certificaciones que indican el uso de bioalgodón libre de pesticidas y fertilizantes, en la creación de prendas de vestir. Es y se hace necesario el repensar lo que es nuestra huella ecológica para desde esa realidad verdaderamente responsabilizar a las industrias.
“La idea es generar consumidores más responsables, con una visión ética de las afectaciones que se derivan. Esto aplica básicamente en todas nuestras tomas de decisiones cuando adquirimos un producto”, concluye Corona Núñez.
Es momento de tomar en cuenta la sostenibilidad a la hora de comprar ropa, reconociendo que las bondades que tiene el ser consumidor de productos sostenibles son muchas y favorables para nuestro medio ambiente, para nuestra casa común..
Conozcamos algunos detalles:
De acuerdo con un informe de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo. Cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a tres millones de barriles de petróleo, y el rubro del vestido utiliza 93 millones de metros cúbicos de agua, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas.
Y prosigue el documento:
“La industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos, con las consecuencias que ello tiene en el cambio climático y el calentamiento global. El modelo dominante en el sector es el de la ‘moda rápida’, que ofrece a los consumidores cambios constantes de colecciones a bajos precios y alienta a comprar y desechar ropa frecuentemente. Como consecuencia, la producción de prendas de vestir se duplicó en el periodo de 2000 a 2014”.
El organismo advierte que, de continuar con el actual modelo de negocios, las emisiones contaminantes de la industria aumentarán en un 50% para el 2030.
Es momento de que comencemos a tomar decisiones que favorezcan al cuidado del medio ambiente, un consumo responsable y procesos de mantenimiento textil más adecuados —lavado, secado, planchado— que permitirán que nuestra huella ecológica tenga el menor impacto posible.
Fuentes: EITB MEDIA | UNAM Global
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