Durante la COP27 (La XXVII Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) El presidente electo Lula da Silva vuelve a poner a Brasil en el escenario climático internacional.

El presidente Lula quien solo participó en actos paralelos en la cumbre, generó una gran expectativa al hablar sobre la ambición de Brasil de volver a ser un líder medioambiental mundial

Tras su victoria en las recientes elecciones presidenciales de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva llegó a Egipto y le dio un giro interesante a la presencia de su país en la cumbre del clima COP27. Pocos presidentes electos han recibido una acogida tan calurosa en un evento multilateral, como si ya estuviera en el cargo, lo que puso de manifiesto el poco interés hacia la delegación oficial y la eclipsó rotundamente.

Lula llegó a la conferencia respondiendo a una invitación personal del presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi, comenzando así una apretada agenda de eventos paralelos y reuniones no oficiales, con Brasil todavía representado en las negociaciones por una delegación del gobierno saliente de Jair Bolsonaro.

En sus dos primeros días en la cumbre, Lula que regresa para un tercer mandato en el poder ha sido visto como un impulsor a la agenda medioambiental mundial lo que significa "un giro" a la política climática de Brasil.

En la mayoría de los rincones del centro de conferencias, Lula, que tomará posesión de su cargo en enero 2023, fue recibido con vítores y bienvenidas, pronunció discursos ante salas repletas, con el claro mensaje de que "Brasil ha vuelto".

"Brasil está saliendo del aislamiento al que ha estado sometido en los últimos cuatro años", dijo el presidente electo a los asistentes. "Brasil no nació para ser un país aislado".

Lula da Silva reiteró su oferta de acoger una futura COP30 en la Amazonía, en año 2025 fecha probablemente disponible para que sea realizada por Brasil.

Es interesante recalcar que los países suelen tener un solo pabellón en las cumbres climáticas. Pero las fuertes divisiones que han surgido en Brasil en medio de la controvertida gestión del medio ambiente por parte del gobierno de Bolsonaro llevaron a la creación de tres pabellones separados en la COP27: uno que representa al gobierno federal de Bolsonaro, otro de los gobernadores de los estados amazónicos que han actuado como oposición al gobierno, y otro dirigido por la sociedad civil.

La visión de Brasil presentada por Lula en la cumbre fue notablemente diferente de la que se expuso en el pabellón oficial del gobierno nacional. Las presentaciones del Ministerio de Medio Ambiente, dirigido por Joaquim Leite, se centraron en datos sobre energías renovables: la estrategia del ministro fue contrastar la matriz energética brasileña, basada mayoritariamente en la energía hidroeléctrica, con la dependencia europea del petróleo y el carbón -que se ha hecho más evidente desde que Rusia inició su guerra en Ucrania-. Lula, por su parte, destacó el deterioro de las protecciones para la Amazonía y para los pueblos indígenas, la reducción de las inspecciones ambientales y el consiguiente aumento de la deforestación del bioma.

"En los primeros tres años del actual gobierno", dijo el presidente electo, "la deforestación en la Amazonía aumentó un 73%. Sólo en 2021 se deforestaron 13 mil kilómetros cuadrados. Esta devastación será cosa del pasado. Los crímenes ambientales, que crecieron de forma espantosa durante este gobierno que está terminando, ahora serán combatidos sin tregua." Lula subrayó que las cuestiones climáticas estarán en el centro de su nuevo gobierno.

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Texto tropicalizado de: Dialogo Chino.
Original escrito por: Talita Fernández y Fermín Koop
el 18 de noviembre, 2022