Seguramente, toda persona que haya tenido plantas, ha conocido algún tipo de plaga también. Las plagas más comunes en nuestra vegetación suelen ser insectos, bacterias y hongos, cuyas poblaciones, son capaces de causar daños significativos en nuestras plantas, cuando se descontrolan.
En ocasiones, el manejo de dichas plagas suele complicarse por la velocidad de reproducción de las mismas y una de las acciones de combate, es la poda. Retirar hojas, ramas o tallos es una manera de frenar el crecimiento de poblaciones de organismos no deseados y la propagación de enfermedades causadas por ellos.
Este tip consiste en que una vez identificada la plaga que está atacando a tu vegetación, analices si las plantas tienen el tamaño adecuado para podarse, es decir, si han llegado a una etapa madura, que soporte el corte de hojas y ramas. En caso de estar aptas para lo anterior, puedes cortar tallos y hojas que presenten daño, con pinzas o tijeras de poda convencionales, asegurándote de que los cortes sean hechos siempre en diagonal.
Algunas enfermedades causadas por plagas, se propagan de hoja a hoja, cuando estas entran en contacto, tal es el caso de los hongos, por esta razón es importante retirar las que estén dañadas para que la planta no se contagie en su totalidad.
Las podas tienen la capacidad de reforzar a una planta, por lo que, si el daño en esta es reversible, podrás observar que rebrota al poco tiempo y que sus hojas y tallos nuevos, estarán sanos y libres de plaga.
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