La germinación de una semilla es la primera fase en el proceso de desarrollo de una planta, en la cual, dicha semilla, que antes se encontraba en estado latente, pasa a ser una plántula. Este proceso se da únicamente cuando las condiciones son favorables para albergar esta nueva vida, e implica transformaciones fisiológicas y metabólicas en las cuales el embrión se convierte en un ser vegetal capaz de llegar a la etapa adulta.
La germinación inicia con la absorción de agua en la semilla, mejor conocida como fase de imbibición o hidratación y finaliza con el comienzo del crecimiento de raíces.
Así como la cantidad de agua disponible para la semilla afecta en la germinación, existen otros factores tan importantes como la humedad, que deben ser considerados al momento de la siembra, tal es el caso de la temperatura, la aireación, iluminación y el tipo de sustrato en el que se coloquen las semillas a germinar.
Cada una de estas semillas es distinta, su madurez y su viabilidad pueden ser variables incluso siendo de una misma especie, por lo que recomendamos estar siempre atentos a los cambios que pueden presentarse al momento de la siembra. Su germinación puede ser un proceso prácticamente inmediato o puede demorarse más tiempo, lo importante es reconocer que la germinación es un proceso completamente natural y puede tener rangos estimados, pero no tendrá reglas estrictas, sino que dependerá del tipo de planta que desee cultivarse y de las condiciones ambientales a las que se someta en su primera fase.
Cabe destacar que las plantas, como todo ser vivo, cumplen con un ciclo de vida y aunque algunos ciclos sean más rápidos que otros, un consejo muy valioso para este proceso de germinación, es ser pacientes.
En progea fomentamos el cultivo de huertos para autoconsumo, puesto que conocemos y queremos dar a conocer las ventajas en materia ambiental, de salud y seguridad alimentaria que esta práctica significa. Actualmente hemos constatado el creciente interés general en la producción de alimentos a nivel casa hogar, sin embargo, hay aspectos que requieren mayor esfuerzo cuando se trata de un cambio de hábitos.
La realidad es que nuestro ritmo de vida es acelerado y como sociedad, hoy en día estamos acostumbrados a obtener bienes y servicios de manera inmediata y exigimos que a la brevedad posible se nos satisfaga, no obstante, el ritmo en la naturaleza es distinto. En ella se respetan procesos y ciclos, se consumen recursos y se regeneran también, por lo que existe un balance que permite el desarrollo conjunto.
El cultivar alimentos de autoconsumo, es un acto que refleja lo anteriormente escrito, es el cambio de hábitos que puede enseñarnos a respetar el equilibrio de lo natural, pero sobre todo a ser pacientes y a valorar que aquello que fue una semilla, ahora es nuestro alimento y que, así como germina en nuestro huerto, así germina en el campo.
progea les invita a cultivar, sea cual sea la semilla que elijan germinar, la mejor será la que se siembra.
progea 2022